"Somos los privilegiados espectadores (y actores!) de un proceso de evolución mediática acelerada nunca visto en la historia de la humanidad" (Carlos Scolari)
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08 junio 2011
"Merecer la vida no es callar y consentir"
Hace unas horas se celebró el Día del Periodista, que recuerda aquel hecho inédito de la historia de nuestro país, como fue la fundación del diario La Gazeta, de Buenos Aires, por Mariano Moreno, en 1810. Ayer, durante el ruido habitual de la multiplicidad de noticias y las discusiones sobre si se debe festejar este día, o no; o sobre la cercanía, o no, de algunos periodistas al actual gobierno nacional, se dejaron de lado algunas cuestiones sobre las que bien deberíamos reflexionar quienes abrazamos la deliciosa rutina de mirar, ver, elegir, escribir, editar, leer, corregir y releer.
Moreno fue una de las mentes más brillantes del proceso revolucionario de 1810. Impulsaba un modelo de país social y económicamente distinto al que imperaba hasta entonces -de corte colonial y conservador- junto
a Belgrano, Castelli y Paso. Así pues, la creación de "La Gazeta", supuso poner un medio de comunicación al servicio de esos intereses. Claro, la historia oficial se encargaría mucho más tarde de hacer su trabajo e inmortalizaría en un bronce a Moreno, pero ocultó el verdadero sentido de sus mensaje revolucionario.
Por sólo esta razón, vale la pena que los periodistas apretemos el "pause" de vez en cuando, como ayer, por ejemplo, y pensemos sobre el sentido de nuestra profesión.
La segunda cuestión es que ayer se dijo poco y nada que tuvimos el primer día del periodista con una nueva Ley de Medios. Incuestionable en su verdadera naturaleza, en su cuestión de fondo, como la pruralidad y la apertura de nuevos espacios para que se escuchen nuevas voces, pasó desapercibida. Y, la verdad, está bien, porque eso evidencia que su aplicación está dando resultados, todos los días, aunque aún hay mucho camino por recorrer.
Pasó un nuevo día del periodista y en jornadas como estas es bueno recordar las estrofas de la canción "Honrar la vida", de Marilina Ross, que bien pueden aplicarse a los que amamos esta profesión:
...
"Merecer la vida no es callar y consentir
tantas injusticias repetidas.
Es una virtud, es dignidad,
y es la actitud de identidad más definida" ...
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