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21 octubre 2020

Los residentes de Bolivia en Tucumán sumaron sus voces al abrumador triunfo del MAS de Evo Morales

 La colectividad votó en Lules, pese a las maniobras del gobierno golpista de Áñez y al paro de ómnibus. "Ha vuelto la esperanza".   

Domingo de 18 de octubre, Tucumán, con los primeros rayos del sol la temperatura ya era de 27 grados, ni una nube, preludio de un día que sería lo más parecido al infierno. Mientras en Argentina se celebraba el Día de la Madre un puñado de residentes de Bolivia escribiría en Lules un pedacito de la histórica elección que devolvería al Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales Ayma a la presidencia, arrebatada por un sangriento golpe de Estado un año atrás.

Casi no hubo votación en Tucumán. Debido al silencio y la inacción, la presión de los y las residentes ante el Consulado de Bolivia, con sede en Salta, logró que el Tribunal Superior Electoral designara dos semanas antes a Lucía Burry como Representante Notaria. En lo operativo, los y las referentes de la colectividad tuvieron sólo siete días para armar el proceso electoral para un padrón de 433 votantes, sobre un aproximado de 8.000 residentes bolivianos en Tucumán.

Las dos únicas mesas se abrieron en Humberto Delgado 373, en Lules, en donde se concentra una buen parte de los votantes. No fue en una escuela sino en una casa de dos pisos de un horticultor. La planta baja destinada a garage y depósito de frutas y verduras se transformó en salón de votación. Típica costumbre boliviana, en el primer y segundos pisos están las habitaciones para la familia.

"Todo en orden, recibí mucha colaboración de los residentes, sin ellos no hubiera sido posible aquí la elección", reconoció Lucía Burry. A las 6.30 llegaron las urnas con la custodia de la Policía Federal y Seguridad Aeroportuaria, y a las 8 se abrió la puerta del salón, bajo la atenta mirada de Litzy Sequeiros, Jurado Electoral; Marío Alberto Mallea, Jefe de Recinto, y los delegados de mesa Sabino Achata Quispe, Esteban Vargas Choque y Juan Mallón Alberto


"Mañana por todo imploran / y la noria no demora / en invertir los destinos / en refrescar la memoria"  (Versos de 'Bolivia', tema de Jorge Drexler) 


A las 8 en punto ingresaron al salón los primeros votantes. Antes de hacerlo, tal cual lo establecía el protocolo por la pandemia, trabajadores del Sistema de Salud de la Provincia les tomaban la temperatura y rociaban las manos con alcohol. Se sentaban en sillas distribuidas con distancia y cada uno esperaba su turno. Todo en un respetuoso silencio, silencio paciente, silencio heredado de los antiguos, silencio, más no sumisión. 

"Era necesario votar, el golpe de Estado nos dejó sin voz, era injusto lo que había sucedido. Esta elección era una nueva oportunidad para declarar la independencia de Estados Unidos que otra vez se estaba metiendo en nuestro país. Casi todos estamos con el MAS", me contó entusiasmado Noé Aguilar Herrada, de 52 años, electricista, albañil y plomero, que llegó a Tucumán en los 90. Seis años más tarde retornó, se casó con Clara Marta y volvió a la provincia, en donde tuvo a sus hijos Abraham, Isac, Yaneth y Esmeralda.


"Evo, orgullo indio, nuevo / el capítulo más lindo, líder de fuego. / Ejemplo para las élites tan sordas / indígena que tira su modelo por la borda" (Versos de 'Orgullo Indio", tema de Daniel Devita)


Noé cuenta que en su juventud vivió en el Barrio Magisterio de Cochabamba, al lado de la casa que Evo Morales Ayma había comprado con mucho sacrificio para su madre y en donde él también vivía. En ese tiempo era un joven dirigente cocalero de la región del Chapare, que a veces se pasaba a la casa de Noé para hablar horas de política con su hermano David (que falleció hace poco) que también participaba de la lucha sindical. "Tengo un hermoso recuerdo de Evo, años después volvimos a vernos y nos abrazamos. Le devolvió la dignidad a nuestro pueblo que había sido maltratada por ex presidentes como (Gonzalo) Sánchez de Lozada, que apenas sabía hablar español", sostuvo, intuyo que con una sonrisa que ocultaba el barbijo pero que se reflejaba en sus ojos de raíz aymara.

Mientras hablaba, una joven seguía con atención cada una de sus palabras. "Lo escucho porque así aprendo, soy de una nueva generación de hijos e hijas de bolivianos que tenemos ganas de participar. Nada se consigue sin lucha ni organización, tengo muchas esperanzas en "Lucho" Arce (el presidente electo) porque es compañero del Evo", exclamó con entusiasmo a este cronista Fátima Peña, de 27 años. De camisa desprendida, en su teta derecha estaba prendido su hijo de dos años al que manejaba con un brazo, mientras con el otro se secaba la transpiración de la frente porque el calor ya apretaba.   

Al mediodía ya había votado el 50% del padrón. El salón no tenía ni ventiladores, a esa hora era un caldera cuando el termómetro marcaba 35 grados y dos horas más tarde llegaría a 41. No fue fácil que se alcanzara ese porcentaje de votantes porque la distribución de los bolivianos y  bolivianas que residen en Tucumán va de la mano de las tierras que arriendan para sus cultivos. El paro de ómnibus ya llevaba entonces dos semanas en la provincia y a muchos se les hizo imposible viajar para participar de la votación.

Para llegar a Lules, que se encuentra a 20 kilómetros de San Miguel de Tucumán, los que viven en Trancas recorrieron los 80 kilómetros en un colectivo alquilado por el municipio. Los de San Miguel de Tucumán y Las Talitas se concentraron en Bernabé Aráoz primera cuadra, en el Centro de Residentes Tawuantinsuyo, desde donde partieron en otro colectivo. Pero no pudieron llegar a votar los que viven en El Chañar y Los Valles Calchaquíes. En el caso de los que residen en Santa María, Catamarca, por cuestiones de protocolo no los dejaron ingresar a la provincia pese a que contaban con autorización.     

"Pese a que el Comité Operativo de Emergencia (COE) emitió una resolución de que haya libre circulación para los y las bolivianas por cuestiones de cumplimiento de derechos civiles, en el puesto de control de los Valles no dejaron pasar a compañeros y compañeras", sostuvo la dirigente Litzy Sequeiros, secretaria general del centro de residentes de Lules, en donde se concentra una buena parte de las familias bolivianas.


 "Y los caminos de ida / en caminos de regreso / se transforman, porque eso / una puerta giratoria / no más que eso, es la historia". (Versos de 'Bolivia', tema de Jorge Drexler) 


Lules. 41 grados. A las 17 se cerraron las dos urnas. Las autoridades de mesa y delegados partidarios le pusieron mucho celo al control, como si de ellos dependiera el resultado de la elección, como si en sus manos estuviera el destino de Bolivia. A esa hora era todo incertidumbre. Algunos buscaban en vano en las redes sociales alguna noticia sobre tendencias o boca de urna, aunque sea mínima. El Tribunal Electoral había suspendido el escrutinio provisorio ocho horas antes del incio de las votaciones y para muchos era presagio de una posible jugada de último momento de las autoridades golpistas para tumbar las elecciones.

Una característica del conteo de votos radica en que es público. Cualquiera puede presenciar la apertura de las urnas y el conteo de los votos. En Lules se hizo así. La primera urna se abrió a las 18 y fue abrumador el resultado a favor del MAS, que logró 93 votos, el resto no superó los 10. Tras completar la documentación, cerrar las actas, sellarlas en bolsas e introducir todo el material en la maleta electoral, se inició el conteo de la segunda mesa. La escena se repitió con 89 votos para Arce y seis para Mesa. Total en Tucumán para el MAS: 182. A las 21 las maletas electorales fueron retiradas por la Policía de Seguridad Aeroportuaria que las enviaría al Consulado de Salta. Desde allí partirían hacia la sede del Tribunal Electoral, en La Paz.

El padrón lectoral es pequeño y debe mejorar con la incorporación de más residentes de Bolivia en Tucumán, ese el es objetivo de los dirigentes, pero lo significativo es que las elecciones se hicieron. "Fueron evidentes las maniobras del gobierno del Jeanine Áñez para que no se vote en el exterior. Hubo silencio, ninguna comunicación. Cuando vimos que se acercaba la fecha y no se nos informaba nada, tuvimos que reclamar por nuestro derecho a votar. En siete días tuvimos que organizar lo que lleva un mes y medio. Esta es la segunda vez que votamos porque ya lo hicimos el año pasado en donde Evo Morales logró el 95% de los votos con igual porcentaje de participación electoral. Estamos muy contentos de todos modos porque comienza una nueva etapa para Bolivia, una nueva esperanza", reflexionó Litzy Sequeiros, con ojos de entusiasmo. A esa hora las noticias ya hablaban del abrumador e histórico triunfo del MAS.


"Soy lo que me enseñó mi padre / el que no quiere a su patría, no quiere a su madre / soy América Latina / un pueblo sin piernas, pero que camina" (Versos de 'Latinoamérica', de Calle 13)