04 junio 2011

Recuerdos de una infancia feliz y presente


Hay momentos e instantes de la niñez que quedan grabados a fuego, inexplicablemente. El tiempo se encarga, más tarde, de darles un lugar, de resignificarlos, de darles un sentido. Siempre busqué respuestas a la pregunta de qué me estimula a correr por las sendas de los cerros y caminos de Tafí Viejo. Y creo haber encontrado una explicación.

De niño, mi mamá, Yolanda, solía llevarme, junto a mis hermanas, a unos de los dos cines taficeños. De esos que se construyeron a comienzos del siglo XX. Butacas y piso de madera, y techos altísimos. Ahí vi la película, cuyas escenas se quedaron grabadas para siempre en mis retinas: "Running", con el entonces jovencito Michael Douglas. Las escenas finales del film pudieron con ese niño de apenas 10 años. Y cuando empecé unos años después a correr mis primeras maratones de secundaria, esos flashes me acompañarían del mismo modo y con la misma intensidad que hace ya 32 años.

Pero también hay otra respuesta: las imágenes de esa película y las sendas del monte me remiten directa y dulcemente a la ternura y al amor de Yolanda, y al recuerdo de ese niño que aún disfruta de los cerros, más que nunca, como un pájaro, libre.

1 comentario:

Mente Ridícula dijo...

Me anoto en este blog. Que sigan llegando más momentos que queden grabados a fuego. Abrazo grande y feliz día.

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