15 mayo 2013

Por última vez



Ocurrió una mañana de setiembre de 1993. Trabajaba en una oficina del municipio de Tafí Viejo, mi ciudad. Un auto paró frente al edificio, escuché mi nombre y salí. Una tía me avisaba que Julio, mi viejo, se
descompuso y me necesitaban en el hospital. Subí y me senté atrás. Fueron 15 minutos. En silencio.
Llegamos, caminamos hasta una habitación y ahí estaba, sobre una cama. La camisa desprendida, los ojos cerrados y los brazos abiertos. Puse los botones en sus ojales y lo abracé con ternura. Él hubiera hecho lo mismo. Fue el último. El del adiós, el de su muerte.

(Ejercicio de escritura durante el taller de crónica periodística dictado por el periodista y escritor colombiano Alberto Salcedo Ramos, en Tucumán)

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