
Un mínimo ejercicio de memoria alcanza para diferenciar la virulencia de este discurso con el tono conciliador que utilizaron para analizar los 100 días de cortes de ruta, con todo lo que eso provocó: más inflación, desabastecimiento, leche derramada en las rutas. En ese momento, el reclamo fue "legítimo", los hombres del campo "se cansaron", "dijeron basta". ¿De qué?.
No los entiendo, juro que no lo entiendo. O mejor dicho, sí los entiendo y ya sé para quienes juegan...
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