Una excelente noticia. La hija de una pareja desaparecida en 1977 en Mendoza recuperó su identidad luego de ser reconocida por familiares adoptivos en una fotografía difundida en la telenovela “Montecristo”. El hecho constituye el caso número 87 con final positivo de la organización Abuelas de Plaza de Mayo.
Rebeca Celina Manrique Terrera tiene 30 años y fue secuestrada junto a sus padres el 25 de julio de 1977, cuando tenía apenas ocho meses, en la terminal de ómnibus de Mendoza antes de partir hacia San Juan.
Es la primera vez que se consigue en Mendoza la recuperación de la identidad de una hija de desaparecidos y el segundo caso público que se reconoce mediante imágenes de la novela “Montecristo”, que en una parte de la trama indagaba en el derecho a la identidad y la expropiación de bebés durante la dictadura militar.
La foto que se mostró en la telenovela, que fue la última que le tomaron antes de ser apropiada, fue reconocida por integrantes de la familia adoptiva en una escena donde la actriz Viviana Saccone buscaba a su hermana desaparecida. Enseguida, aquellos se comunicaron con organismos de Derechos Humanos en la provincia y, a partir de allí, se comenzó a investigar.
Rebeca es hija del estudiante sanjuanino de Ciencias Económicas Alfredo Manrique y de la maestra mendocina Laura Terrera, quienes permanecen desaparecidos. Durante 30 años, vivió con un matrimonio: el padre adoptivo murió hace diez años y la mujer niega haberse apropiado de ella.
El 20 de julio de 1977, Laura y Alfredo, militantes de la Juventud Peronista, fueron secuestrados junto a su beba en la terminal de ómnibus y desde ese momento, nada más se supo de ellos. Sin embargo, la familia de Laura nunca dejó de buscarlos.
Según contó Susana Muñoz, directora de la Casa por la Memoria y la Cultura Popular y activa luchadora por los Derechos Humanos, una de sus tías, María Mercedes Terrera, unos meses después de su desaparición recibió un dato preciso del lugar donde podría vivir la niña, en Godoy Cruz. La mujer golpeó la puerta del domicilio, habló con la presunta apropiadora y ella negó lo ocurrido, diciendo que sólo tenía dos hijos biológicos. Pero en la investigación se confirmó que aquella dirección coincide con la que Rebeca tuvo durante toda su vida.
Según explicó Muñoz, la madre adoptiva niega haber tenido cualquier información sobre el origen de la beba y asegura haberla encontrado en la calle.
Este hecho es, sin duda alguna, una clara señal de esperanza que nos obliga a estar siempre atentos porque las aberraciones de la última dictadura aún están frescas y las heridas aún no han cerrado.
Rebeca Celina Manrique Terrera tiene 30 años y fue secuestrada junto a sus padres el 25 de julio de 1977, cuando tenía apenas ocho meses, en la terminal de ómnibus de Mendoza antes de partir hacia San Juan.
Es la primera vez que se consigue en Mendoza la recuperación de la identidad de una hija de desaparecidos y el segundo caso público que se reconoce mediante imágenes de la novela “Montecristo”, que en una parte de la trama indagaba en el derecho a la identidad y la expropiación de bebés durante la dictadura militar.
La foto que se mostró en la telenovela, que fue la última que le tomaron antes de ser apropiada, fue reconocida por integrantes de la familia adoptiva en una escena donde la actriz Viviana Saccone buscaba a su hermana desaparecida. Enseguida, aquellos se comunicaron con organismos de Derechos Humanos en la provincia y, a partir de allí, se comenzó a investigar.
Rebeca es hija del estudiante sanjuanino de Ciencias Económicas Alfredo Manrique y de la maestra mendocina Laura Terrera, quienes permanecen desaparecidos. Durante 30 años, vivió con un matrimonio: el padre adoptivo murió hace diez años y la mujer niega haberse apropiado de ella.
El 20 de julio de 1977, Laura y Alfredo, militantes de la Juventud Peronista, fueron secuestrados junto a su beba en la terminal de ómnibus y desde ese momento, nada más se supo de ellos. Sin embargo, la familia de Laura nunca dejó de buscarlos.
Según contó Susana Muñoz, directora de la Casa por la Memoria y la Cultura Popular y activa luchadora por los Derechos Humanos, una de sus tías, María Mercedes Terrera, unos meses después de su desaparición recibió un dato preciso del lugar donde podría vivir la niña, en Godoy Cruz. La mujer golpeó la puerta del domicilio, habló con la presunta apropiadora y ella negó lo ocurrido, diciendo que sólo tenía dos hijos biológicos. Pero en la investigación se confirmó que aquella dirección coincide con la que Rebeca tuvo durante toda su vida.
Según explicó Muñoz, la madre adoptiva niega haber tenido cualquier información sobre el origen de la beba y asegura haberla encontrado en la calle.
Este hecho es, sin duda alguna, una clara señal de esperanza que nos obliga a estar siempre atentos porque las aberraciones de la última dictadura aún están frescas y las heridas aún no han cerrado.
Por JUSTICIA y VERDAD!!!
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